El nacimiento de las mariposas
Los niños de pre jardín fueron testigos del nacimiento de las mariposas.
Nuestros estudiantes de preescolar tuvieron la oportunidad de vivir un momento verdaderamente especial: observar el nacimiento de una mariposa Leptophobia aripa, también conocida como mariposa blanca de la col o mariposa del repollo.
La experiencia comenzó gracias a la iniciativa de la profesora Nidia, quien propuso enseñar a los niños el proceso de la metamorfosis de una forma vivencial. Con gran entusiasmo, los estudiantes iniciaron una observación diaria en el aula, siguiendo paso a paso el desarrollo de la mariposa desde el huevo hasta su nacimiento. Las cámaras del colegio documentaron el proceso, permitiendo que todos pudieran apreciar en vivo el instante en que la mariposa emergió de la pupa. Fue un momento lleno de emoción, asombro y aprendizaje.

Las fases de la metamorfosis: un viaje de transformación
Durante la actividad, los niños conocieron las cuatro etapas de la vida de una mariposa, comprendiendo que la naturaleza tiene sus propios tiempos y procesos de cambio:
- El huevo:
Todo inicia cuando la mariposa adulta deposita pequeños huevos en las hojas de las plantas. Los niños aprendieron que, aunque diminutos, esos huevos guardan dentro una nueva vida que pronto despertará. - La oruga o larva:
Al salir del huevo, la oruga comienza a alimentarse sin descanso. Esta fase representa el crecimiento y la preparación para lo que vendrá. Los niños pudieron ver cómo la oruga cambiaba de tamaño día tras día, observando su energía y movimiento constante. - La pupa o crisálida:
En esta etapa, la oruga se envuelve en sí misma y parece quedarse dormida. Sin embargo, en su interior se produce una increíble transformación. Los estudiantes comprendieron que, aunque a veces parezca que “no pasa nada”, dentro de cada proceso ocurren grandes cambios invisibles. - La mariposa adulta:
Finalmente, la mariposa rompe la pupa y despliega sus alas. Fue este el momento que los niños presenciaron en vivo: el nacimiento de una vida nueva, frágil y hermosa, que enseña el valor de la paciencia y la transformación.






Aprender de la naturaleza: una lección para toda la vida
En el Emilio, las experiencias pedagógicas en preescolar buscan despertar la curiosidad, el amor por la vida y el respeto por el entorno. Observar el proceso de la metamorfosis no solo fue un aprendizaje científico, sino también una experiencia emocional. Los niños entendieron que los cambios son parte de la vida, que cada etapa tiene su propósito y que la belleza surge de la paciencia y el cuidado.
Además, este tipo de actividades fortalecen valores esenciales como la observación, la empatía, la responsabilidad y el asombro frente a la creación. Al involucrar a los más pequeños en experiencias directas con la naturaleza, se fomenta en ellos una sensibilidad ambiental que será la base de una relación respetuosa con el planeta
El propósito Emilista detrás del aprendizaje
El Colegio Emilio Valenzuela promueve una formación integral donde la fe, la ciencia y la naturaleza se encuentran para enseñar a los estudiantes a contemplar el mundo con gratitud. Actividades como esta no solo despiertan la curiosidad científica, sino que reflejan uno de los pilares fundamentales de la institución: aprender desde la experiencia y el corazón.
Así, el aula se convierte en un pequeño laboratorio de vida, donde cada niño descubre que la naturaleza es maestra y que cada transformación —como la de la mariposa— nos invita a creer que dentro de nosotros también habita la capacidad de cambiar y volar.
